22 de octubre de 2010

De un pájaro...

Para mamar de qué falamo, dale play:


El otro día, les avisé, tocaba mi primo y mi peculiar persona tenía una somera participación. Pasó y fue muy bonito... de lo más bonito, de veras. La energía de este muñeco, Joaquín Varela, es una de amor y amistad, de serena aceptación y pujante rebeldía... muy complejo de explicar pero muy sencillo de sentir... y así fue la velada.
La canción que están escuchando (si no la están escuchando pongan play, caretas!!) se llama "de un pajaro", tan sencilla y tan hermosa, la escribió y la canta el padre del muñeco, Juan Diego.
La verdad es que me dejó un poco emocional el evento. Que el muñeco cante con el padre, con los hermanos, con los primos, que todos se quieran tanto, que las canciones hablen de lo que hablan y que me hayan dejado poner lo mío en ese omelette hermoso de canciones y rumores me sacudió, de la mejor de las maneras, claro está. Y así me fui esa noche. Y así seguí... largo rato... manso y tranquilo, como sedado y con la sonrisa fácil.
Pero bueno, viste!? es todo hermoso, todo bonito, todo sedante, todo en familia, pero el mundo sigue. Y cómo! Ma ma de ra!
El archivo del tema (de un pájaro) me lo hizo llegar don Joaquín, junto con las 3 canciones que cantamos juntos (esta, esta y esta), cuando aún me duraba el embeleso de aquel momento compartido. Lo puse a bajar, me arme un finito, le dí mecha, terminó de bajar, escuché las 4 cancionetas, me fascinó "de un pajaro" y la puse en repeat con la moderna tecnología que hoy nos asiste en cuanto a reproducción de audio.
El tema sonaba, me puse a fumar en la ventana y por la propiedad transitiva y milagrosa de la música, capaz de hacernos olvidar, transformarnos, elevarnos, curarnos por un ratito de todo, mirando el sol pude volar. Un vuelo metafórico, no te vayas a creer, no seas boló, pero no obstante la metafórica condición del vuelo, sentí que llegaba alto, que todo lo iba dejando lejos. Y un poco más lejos con cada acorde. Lejos todo, lejos todos, lejos yo de mi mismo, volando como aquellos pájaros sin nido de la canción. En un vuelo de paz, de conocimiento, de perdón, iba yo flotando con hondo placer hacia la serenidad más espesa.
CLAP!
Un aplauso hace eco en el pulmón de manzana.
CLAP! CLAP! CLAP!
Las aves se dispersan con la misma brusquedad con que yo aterrizo. Abro los ojos, busco la fuente del aplauso... encuentro.
CLAP! CLAP!
No puedo creer lo que veo. En el contexto, y en particular por el contexto, me desconsuela. No puedo entender, me niego. Necesito contárselo a alguien! Necesito más... necesito contarlo en detalle. Me es preciso ser contundente.
Agarro la cámara:

Un hombre está espantando pájaros.
Se regodea con cada aplauso, viéndolos huir.
No conforme, se mete en la casa.
Tarda un momento...

...y emerge nuevamente.
Esta vez, armado
con un paraguas!

El progreso del humano y un boludo con un paraguas.
Para mi está clarísimo, pero si no entendés me llamás y te explico todo personalmente. Un besito, che, que anden bien!

3 comentarios:

Yamila De Filippis dijo...

casi se me pianta un lagrimón!
te quiero emo.
Y A TU PRIMO TAMBIÉN. jajajaja

nono dijo...

Es que el muñeco tiene mucha sex appeal, vistesss

Anónimo dijo...

simpemente me encanta, si, la verdad son esos temas para mirar por la ventana con la luz apagada