15 de noviembre de 2010

Un cacho de cultura, che!

Me fuí el otro día a morfar con dos tanos a una parrillita que queda en la calle Rodriguez Peña y se llama "Parrilla Peña". Se cagaron haciendo fuerza con el nombre, pero, en tema de carnes asadas y tugurios que las sirven, por lo general, cuanta menos atención se le presta al nombre, a la presentación de los platos y a la higiene de pisos, cubiertos y mozos, mejor es la carne. Es el caso de la peña. Se morfa que mamma mía. Pero desvarío... la cuestión son los dos tanos. Son huéspedes del hostel de una amistad y salimos a morfar todos juntos en feliz patota, en fin, qué te importa de dónde los conozco!?
La cosa es que, progresando la charla y mermando el vino tinto, uno le dijo "Polentone" al otro. Me llamó la atención, claramente, y le pregunté si "Polentone" es "Buacho pulenta"(ya arremangado, por si había que ver quien se la bancaba más). Resulta que viene de "come polenta", pues en la posguerra, cuando la pasaban mal los gomías, los del norte comían solo polenta, podés creer, y de ahí "Pulentini" que derivó en "Polentone". Contrario al criollo significado, "Polentone" es débil, muerto de hambre, disminuido. Fascinante, no, chicos!? Pero falta la mitad, quedate peola!
Les cuento que acá el polenta es el loco que se la banca y polenta es sinónimo de fuerza. Se ríen y me cuentan que los "Polentone" del sur eran los "Terrone". Abrí grande los ojos y pregunté, como un niñato, "¿¡Por qué terrone!?". "Pues, vamos, porque comían tierra" dijo el tano, medio en gallego. ZAS!
¿¡Y los come tierra del sur, con el vientre lleno de tierra, se mofaban de los come polenta del norte por comer polenta!? - pregunté, fascinado -
El tanito contestó afirmativamente, con incomprensible naturalidad. Cómo se van a reír los unos de los otros por los distintos grados de hambre que padecen? Estamos todos locos los tanos!?
Ahora -reflexioné en alta voz- en un país donde los hay que comen polenta y los hay que comen tierra, el que se impone cuando la cosa llega a golpes de puño tiene que ser, necesariamente, el que come polenta. El tano, a priori, no estuvo muy de acuerdo, pero me anotó un poroto por razones lógicas. Así que podemos concluir, sin temor a mandar fruta, que el polenta es polenta acá y en Venecia. Subsanada la brecha lingüística, pedimos otro vino y seguimos debatiendo de la "aqua sporca", el cafe con grappa, la mafia de Berlu y tanta cosa molto bella. Nada más... postre no comimos.

"Panza pieno, cuore felice"

1 comentario:

Anónimo dijo...

excelente relato.
si todos fueran asi podrias estar "ao vivo" en la radio sentado a la siniestra de Kutzsnetszoft (digo a la siniestra, por que a la diestra se sienta Nicolas Cagh, alias cassshetano, no por ser lucido en sus comentarios, sino por todo lo contrario, ademas de por ser "judy foster") asi el primero se asegura de que el segundo no lo solape con ocurrencias mejores que las suyas. en fin una mediocridad terrible en la que se sumerge este y tantos otros programas de radio y TV dirigidos y conducidos por mediocres judios faltos de creatividad, talento y capacidad. Mejor andate a hacer radio con Magdalena.....aunque su programa se llama "Tempranisimo" y eso ya de base va contra tus principios...salvo que sigas de largo y en 2 meses te internamos preso de alguna psicosis por falta de suenio. Ahi entonces, podrias tener un espacio en RADIO LA COLIFATA, del Borda, y todos contentos!!