6 de diciembre de 2010

Se me durmieron las patas

Una dama de notable finura, asqueada y sorprendida de mis hábitos excretores, me contó que ella va cuando "está tocando seda", una sentadita y de vuelta a la mesa a continuar con la charla que mantenía con sus amigos de la alta alcurnia jet setista. A partir de esta declaración, profundamente conmocionado en mi ánimo y asumiendo -sin temor a equivocarme- que lo que "está tocando seda" es un tereso, me pregunté qué autoridad moral ostenta esta dama para escandalizarse con mis procederes a la hora de evacuar y comenzó la introspección reivindicatoria de mis actividades sobre el trono.
Yo me llevo la VIVA, es cierto, y mientras hago fuerza lo leo a Caloi, por aquello de cagarse de risa, que, te digo la verdad, ya era tiempo de que alguien lo hiciera como dios manda. También, en alguna ocasión, me he llevado la radio. No me explico qué puede tener de malo oír los goles de ñuls sentado en porcelana. Algo para anotar, infaltable! Mira si entre tanto sacar y sacar surge, súbitamente, la necesidad de sacar algo menos fecal y más espiritual, existencial, poético. Me voy a andar haciendo el culo con arandela? No señor, suelto mientras tiro, con el gloria apoyado en la gamba, que el arte si tiene que meter mano en la mierda, hunde hasta el codo, qué joder! En ese tren, también, alguna vez, me lleve la viola, y por qué no decirlo, un plato de ñoquis con bolognesa, algún día de mucho calor que comer en la cocina no daba.
Pero seamos claros y vamos al punto, que es está tilinga escandalizada. Yo me llevo el deportivo, toco la guitarra y lo escucho a Victor Hugo. Ella, parlotea alegremente sobre accesorios de cuerina y bijouterie danesa, insulta al mozo por lo aguado de su cosmopolitan, se deleita con la salsa de los langostinos y opina de política internacional, TODO mientras bajo su falda un coqueto cacho de caca le acaricia el hilo de la tanga. Me parece que estamos orinando fuera del recipiente, por no decirlo con todas las letras. Cuando asoma la cabeza esta ocurriendo el hecho y, por ende, termine donde termine, esta mocosa el cago se lo empieza a echar en el living, vestida de largo, clavándose un canapé. Digo... no sé... usted qué opina?

Para pen...Epa! Qué fría!
Para pensar...

2 comentarios:

nene dijo...

Qué hay del famoso fenómeno de los codos marcados en las gambas? No me va a decir que la viva la sostiene en el aire! Suele sucedernos a quienes vemos en el toilette un lugar para la reflexión.

O para la lectura de envases de champú.

Saludos intestinales.

nono dijo...

Absolutamente cierto... han de quedar lamparones vilaceos en ambos muslos. También ha de ser común confundir en el bidet la caliente por la fría y ahí te quiero ver, ma ma!
salú!