10 de diciembre de 2010

Ay, boludo, qué lindos son los viernes!

Nadie sabe bien por qué, pero el viernes es EL DÍA!
Dice el otario común:

- Se trabaja como cualquier día, pero no tiene comparación, es viernes.
- En ocasiones se trabaja más que cualquier día, pero no hay con que darle, es cashual fraidey, entendés? Laburo 5 horás más, pero en chomba. No me vas a comparar.
- Te levantás igual de temprano que cualquier día, pero es infalible, arranca el fin de semana en un ratito.
- La hora pico es la más culeadora de toda la semana, pero no hay drama, es viernes.
- Casi siempre termino tan cansado que ni de joda me voy, pero es viernes, boló! VIERNEEEEESSSSS!!!! UUUUUHHHHHHHHHUUUUU!!!!!

Ahora bien, dejamos de citar otarios y pensamos un ratito para ir viendo, de a poquito, que el viernes y su furor son un flor de misterio, mirá:
- Primero, en vez de ponerle "altos patys" le pusieron "gracias a dios que es viernes (tgi friday)". GRACIAS DIOS, ES VIERNES!!! Nos vamos dando cuenta? Mientras, en tgi, te dan de comer copado, pero te rompen el orto. Un caso propagandístico claramente noventero. Viene a ser "Choripán + abundante chimi x Privatización + flexibilización laboral". Tenemos el culo roto, pero es viernes, Gracias dios!
- Segundo, en cashual fraidei te dejan vestirte "como quieras", pero mucho no vale, eh! Es hasta ahí. Al toque viene el sabado, que me voy a poner lo que quiero de verdad, o sea que termina siendo como hacerse un manual antes de entrar a ver a la señora trabajadora del sexo, llenarse con pan esperando el asado. Resumiendo, una redoblada pelotudez.
- Tercero, e inexplicable (para mi), se canta "hoy es viernes, joda joda joda!", pero nadie reclama la autoría de semejante hazaña lírica! Yo ando por los barrios avisándole a las ancianas que la frase "un culín es un culín" es mía y el chango que se mandó ese temón se queda en el molde? Somos argentinos todavía, no? Nadie está levantando la ceja? Ok, soy yo solito!
Seguimos observando y vemos que los lunes son vituperados casi tanto como los domingos, mientras el sábado, que es claramente el mejor día de todos, es ignorado de la más cruenta de las formas. Esto último hecha luz sobre el notable nivel de marketing que acarrea el viernes y el marketing, bien sabemos, es la herramienta del garca.
Teniendo en cuenta todo lo expuesto, nos atrevemos a postular la siguiente conclusión:
El viernes es una suerte de maniobra maléfica de la patronal universal para maximizar los esfuerzos del proletariado. Quién no escuchó alguna vez, ante la inminente ingesta de un alto garrón, "bueno, es viernes". Con esa carga adrenalínica y buen humorada que han depositado sobre el fatídico día, uno se banca cualquier forreo. Y así estamos, con el posterior maltratado, atónitos ante lo inexplicable de esta alegría que pica como un herpes.
Hoy, Marce querido, en Buenos Aires el viernes se puso gris, mustio, demacrado, y los depresivos de feria están tan contentos que se pueden masticar el balance impositivo 2009 sin alterar su tétrica mueca de felicidad adolescente.

"Un culín es un culín"

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