11 de mayo de 2011

Fijate vos, sino...

Pasaba por la puerta de una verdulería cuando en-re-de-pen-te observo, instantáneamente arrepentido del direccionamiento ocular elegido, el falo erecto de un can que allí esperaba por su patrona mientras esta permutaba vil metal por chauchas. Aún en shock, noto en su erotismo salvaje aires navideños y hallo razón en la confusión. A saber: las luces de adorno que cuelgan del pino navideño bien podrían tener como modelo morfológico la erección canina... observá!
Se prende... y se apaga... se prende... y se apaga...
y así
hasta que a un tío se le ocurre
sacar un tema polémico
y algún invitado no sanguíneo reivindica a Rico
y todos se ponen un poco incómodos
y un primo para descomprimir descorcha
y le quedan cachos de corcho flotando
y era el único buen vino
y alguno lo putea
y el piberío llora a los gritos
y alguno dice de ir a abrir los regalos
y se hace cola para ir al baño
y no dan las doce, no dan, será de dio'
y las pijas ahí
colgando del árbol
titilando.
Pijas de perro...
a vos te parece?

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