27 de abril de 2011

Un caso de alto contenido emotivo

Les cuento la verdad, derechito. Esto lo vi en marzo, allá en salta, la linda, y me lo traje con ganas de armar alguna cosita. Al tiempo me encariñé, y de tanto pensar en como armarlo no lo armé, viste cómo es, de tanto pensar, darle vuelta y delinear las perfecciones uno se queda en el idealismo del proyecto para no confrontar con la mediocridad de la realidad. En fin, pasaron las semanas, perdió actualidad y me resigné. Hoy llegué al laburo, abrí el cajón y ahí estaba Lucas, pobrecito, presentando los papeles del fiat.
Mirá que caripa. Está jugado, lastimado, herido en lo más íntimo. El tipo dejó la sangre en el coche y estos hijos de mil puta... la puta madre, che. Dan ganas de ponerse a llorar, la puta madre.
Ustedes no tienen ni puta idea de lo que hablo, ves? Vale la pena. Esta historia merece ser contada, necesito compartir mi dolor, la justicia es deuda de todos.
Tomen asiento. Se viene una que va a doler.
Esta es la historia de Lucas, y su coche, que estaba una pinturita.



La cosa es así. El tipo sale a una buat, como todo juvenil que se precia de tal y cuando se va a ir a la catrera, zas! se anoticia de que el rodado de sus amores, su joyita, su fiat 128 tuneado le fue sustraído
por vaya uno a saber que calaña de malandrín.
Por regla, los que tunean autos me parecen unos
soberanos pelotudos, pero Lucas le puso onda a
uno que me gusta y pobrecito, con los papeles en
la mano, tan cara de soperutano entregado, me da
como una ternurita. En fin, aguantense que
la cosa recién empieza.
En re de pen te, le aparecen el coche. Sí, así como lo oyes, niño. Tanto llenarte la boca con que la maldita policía, que no hacen un carajo y si hacen es para perjuicio de la comunidad porque te apretan al pizzero por una grande de muzza y al panadero por un cuarto de cuernitos y los barras y la zona liberada y la mar en coche, no'cierto. Y si somos sinceros, Lucas seguro que hizo la denuncia con nulas esperanzas, resignando a sus wildest dreams el aparecimiento con vida del cochecito. Y ahí fue la ley, ni lerda ni peresoza, accionando, coaccionando, averiguando, revolviendo cielo y tierra y de golpe y porrazo, le suena el nokia y le avisan que le tienen el coche esperándolo. Honda emoción invadió, imaginamos, el cuerpo todo de nuestro protagonista. Y ahí fue el chabón, chocho de contento, salido de la vaina, a recuperar su joyita, su amor de acero y caucho, su 128. Cuando llega lo felicitan, lo abrazan, le ofrecen un cuernito y le piden los papeles del coche. Pero estaban en la guantera del coche, me los afanaron, oficial. Mala suerte para Lucas, se va a tener que comer un par de trámites, conseguir los papeles y recién ahí, reencontrarse en el hedónismo fornicatorio de todo fierrero: ponerlo a fondo en algún camino, con matioli en el stereo y la vagancia en el asiento de atrás. No hay problema, dice Lucas, si hay que esperar, esperaremos, si hay que tramitar, tramitaremos. Y partió rumbo al edificio de rentas, a masticarse el garrón.
Cuando por fin hubo sido el garrón masticado, fue Lucas, silbando una cumbita, hacia el playón donde lo esperaba su autito y sacarrácatelás! Un agudo dolor de ojete sacudió su maltratada humanidad. Del auto quedaba casi nada. Se lo habían desguazado, vaya uno a saber quién, en connivencia con los hijos de mil putas de la policía salteña. Y pensar que hace dos parrafitos los estabamos bañando en oraciones laudatorias a los muy soretes mal cagados, que se meten con el corazón de este pobre muchacho, que lo único que quería era andar en su autito.
Para colmo de males, el amigo hace la recontra denuncia y los tipos le dicen que sí, todo bien mencho, te lo desguazamos, somos una manga de atorrantes, pero no me jodás, no sale lo que vos decís que sale ni por asomo... tomá tres lucrecias y hacé silencio porque te vamo' a reventar, te vamo'
Un a tro pe lo, che! A mi, en lo particular, me deshace.







Les dejo la página entera,
así chequean las joyitas de edición.

Un fuerte abrazo.
Para Lucas, obvio... vos qué querés?

No hay comentarios: