22 de marzo de 2011

Divina

Ella mira el reloj y su gesto se transforma:
- Ay, qué tarde se nos hizo! Papá se va a enojar.
La nena apoya su sien en la cadera materna, abrazándose a la pierna y dice:
- No importa, má. Yo te perdono!
El gesto se estremece y retrocede.
El rostro es para siempre otro...

No hay comentarios: