9 de marzo de 2011

De lo difícil que es volver...

En el plano estrictamente personal voy a comentar, solamente, que el extendido fin de semana carnavaleiro sirvió de caldo de cultivo para el trueque de sexo, droga y rock & roll por faso, gula y depresión (depresión por falta de un termino terminado en "sión", porque meditación no hubo y televisión es muy largo... estoy chocho, ma, don't worry). No me fui a ningún lado literal pero de la panzada me termine yendo bien bien al carajo, por lo que en lo sucesivo estoy a la expectativa de la factura que oportunamente me haga llegar el intestino y que suele imprimirse por el culo, no? En fin, a ustedes cómo les fue? Bien? Ok! No, dejá, no me cuentes nada, vamos al título.
Uno se entrega, no? Le dan un metro de margen y ya se sale de la vaina como un puber efervescente ante el menor indicio de reempuje cárnico por tubo (tubo igualmente cárnico, claro(aunque hay cada uno hoy en día, que qué sé yo, mirá)). Uno se encuentra en medio de ese entregue loco, salido de la vaina, abonado a ese despliegue alado, liberador, la pucha que vale la pena esta yerba! y de golpe y porrazo el mate se hace aguado, la vaina nos mira con cara de patrón y el embotellamiento de gases y puteadas argentas con cara de culo nos da la bienvenida de vuelta a nuestra rutina. Rutina vieja como la injusticia, querida como concuñado hincha de river, calentita como frezada pedorrienta de hotel alojamiento, severa como tía viuda. Y así como desplegadas estaban nuestras alas es de grande el esfuerzo para cerrarlas de modo que quepan en el cubículo de la caravana idiota que domina nuestros días, amigos.
Ya me parezco a Violencia Rivas, pero si uno lo piensa en términos paródicos, lo más parecido a un fin de semana de 4 días es una joda de tinelli donde la atorranta de turno (hermosa ella) te deja ponerle la puntita y al toque te larga un ya acabé, muñeco, salime de encima o te denuncio. Algún hijo de puta, les aseguro, se está cagando bien de la risa. Y nosotros con esta cara escuchando lo bien que la pasó en punta del este algún gordo pelotudo...

El chiste de la factura del intestino
era un chiste de cacona.
Cómo si tu culo fuera una puerta
por debajo de la cual te tiran un sobre de mierda
con el detalle de todo lo que manducaste en el fin de semana largo...
Un beso.






Dada la fechística locación del post, pido perdón por la cosificante metáfora y les deseo un feliz día a todas las putas lindas de mi vida, atrasado, pero bueno, me estaba rascando, che! tampoco me voy a poner a escribir un feriado para mandarles un beso a ustedes que a la final lo único que hacen es rebalsarme el cerebelo de malas intenciones. Vos no, mamá! A vos te quiero como amiga y nada más.

Mañana agarrensen, eh! No saben el nivel de intrascendencia pelotuda del post de mierda que se viene. Yo avisé!

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