No tengo club.
Recuerdo el último torneo del chacho Coudet con la casaca de river. Un buen día el chacho se fue y quedó el pepe Sand, terriblemente maltratado por la tribuna riverplatense. Después de una noche en la platea baja, cero a cero con arsenal, me fui de la cancha jurando nunca más volver. Para los que entendemos el romance de la derrota no hay nada peor que ganar con un penal que no fue y ser de river es pedir los penales que no son. Me dirán plateísta, que el calor de la popu, que la mar en coche, pero en esa popular me han apretado, me han afanado, le han puesto un tramontina en el cuello a un amigo, que la colecta para los bondis y la concha mía, chupame bien la pija, plateísta! Ser de river es estafarse entre amargos.
Fui de esos hinchas tele pasivos durante toda mi infancia y disfruté mucho buena parte de mi adolescencia yendo a la cancha con buenos amigos. Amigos que hoy dirán que el sentimiento no se negocia, que de river hasta el cajón. Amigos, a mi me hicieron de river a los 5 años con una bolsa de caramelos (ay, presagio!) y en nombre de ese dulce soborno yo tengo que pasarme un domingo deprimido porque una veintena de boludos que tienen mucho más dinero que yo, que la ponen mucho más seguido y con putas mucho más putas de las que yo jamás me cogeré, se comieron tres goles? Nones, diría la vieja. En la puta vida fui a las piletas de river, ningún recuerdo hermoso de la tierna infancia me liga sentimentalmente a la comunidad, que es una institución, un negocio y un cogedero de gatos. Pónganse la camiseta los que tengan ganas. Yo si el partido es malo, cambio de canal y en vez de pasarme un domingo rodeado de resentidos vetustos y rancios, me voy a mi casa a darle un beso a mi mamá. No le debo esa fidelidad a nadie más que a mi mismo.
Ser de river es cantar "Maradona se drogó, no como el beto alonso que se retiró campeón". Jamás le cantaría eso a Diego y menos para vivar al cara de nada del beto Alonso, la puta madre que te parió, te lo pido por favor!
Cambiar amor por odio sin cambiar el sujeto amado/odiado es complicado. El odio tiene esa cosa facilista: uno no hace nada y está odiando. No obstante, como todo lo fácil, tiene su lado malo y está claro que dejar de amar y empezar a odiar es, en el campeonato íntimo, irse a la "b". Es mucho más difícil cambiar para el lado del amor porque hace falta un esfuerzo activo, pero amar lo que antes se odiaba es salir campeón. Yo prefiero siempre volantear para el lado del amor. Y ser de river es irse a la "b". Por más que ganés la promoción.
Vaya la salvedad
con todo amor y gratitud...
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