Ayer nomás me quise matar.
Y qué hiciste?
Me pareció mejor empezar a hablar pelotudeces.
Uh... y?
Y los pies son cosas raras. Nadie termina de entender sus pies. Siempre mirándolos desde lejos, a través de vaca muerta, con quesito entre las puntas, entrando por la nariz de algún vecino mal traído que de pronto entiende lo insalubre de intentar hablar. Este no era el lugar. Conozco gente, varios en realidad, pero ahora pienso en uno en particular, que puede pasar de una posición enteramente vertical, mediante un movimiento de agachamiento, a tocar la punta del calzado que en ese momento llevase, o, en su defecto, las uñas de los dedos de sus pies desnudos. Y tampoco se entiende los pies ese pibe...
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