24 de mayo de 2011
Dementirillas varietales: Desde que me dejaste no encuentro el necesaire!
Amigos, con todo el respeto y el amor que me merece la caterva de trabajadores de la rosca melódica romántica, debo decir, de una vez por todas, que el yeite ya fue! A saber: la minita se fue y nos dejó. Se supone que el abandono es justificado, racional, tiene algún basamento atendible, digamos. O se consiguió un choma mejor, o se cansó de la colocación huamparia de la que era sujeto, o la descuidamos, o se cansó de tenernos la vela, en fin, se hartó y partió. Si uno pretende, en forma de canción, reclamarle a la abandonante el deber incumplido de prepararnos para la vida sin ella está, a todas luces, orinando fuera del recipiente. Claro, Nunca aprendí a vivir sin ti, canta el soperutano, sangrando por la herida, soslayando el hecho de que la yegua se fue porque no lo aguantaba más! No se va a quedar a enseñarte a planchar las camisas, papi! No tiene gollete el reclamo! Basta! Seamos dignos! Cantemos de la embriaguez y el travestismo loco al que nos exponemos para olvidar, salgamos en pelotas al balcón, lloremos en la cola del credipaz, tatuemos en nuestro gluteo la caripela del flaco Bilos, en fin. Conservemos la dignidad, che!
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1 comentario:
que se vaya a la merd! y aguante el Flaco Bilos, aunque sea en la nalga.
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