Hoy vi como una señora de 80 pirulos se ponía un casco y se subía a una moto (alta), mientras el motoquero, subido ya al vehículo, no tenía ningún empacho en manifestar su apuro con cara de "Vamo vieja que se va la vida". Ni hace falta, estimo, detallar el nivel de dificultad que significaba la maniobra para la anciana acompañante. Y encima con este calor, qué sé yo, me movilizó en el plano íntimo la escena.
Tanto me movilizó que me dieron ganas de tomarme unas vacaciónes, porque yo también, en algún punto, soy una viejita transpirada trepándose a una moto, llena de miedos, cuiquis, inseguridades y arrugas en la zona de la ingle. Qué nos depara el futuro, es incierto. Menos posteo, tiempo de abstinencia postera, abstinencia re postera, lo mismo de siempre como siempre, nadie sabe. Estemos atentos.
Estamos desbocados, estamos.