Chupete de carne

Amigos, amigas, perros y gatos, Senadora (mirá si me lee una senadora y yo sin saludar... quétecree? A mi no), cómo andan? Bien? Me alegro, che! Yo ando medio tirado, pero qué le vas a hacer, me querés decir?

Hoy, en lugar de la perorata diaria, inauguramos la sección CHUPETE DE CARNE, que se centra en las vicisitudes publicitarias que nos tironean de la melena que llamamos sentido común, sin tapujo y, al parecer, sin consecuencia. Desde ya les aclaro a los malpensados y a los inadaptados de siempre que el "chupete de carne" es el succionado pulgar de la mano derecha, queriendo significar un socarrón "qué te crees, que yo me chupo el dedo!? pero por favorrr!!" con montoncito agitado y demás ademanes pulenterio.

Para arrancar bien arriba, vamos a aplicarle todo el rigor de nuestro profundo análisis a una práctica que se nos antoja tan patética como recurrente por estos días: El testimonial con fanfarrias de espontaneo. Ejemplo paradigmático de dicha práctica es "COLGATE contra la sensibilidad de los molares!"

La publicidad en cuestión tiene, de arranque nomás, muy pocas pulgas al asumir que parar gente en un shopping para hacer un experiméntum odontológico un domingo a la tarde es tarea liviana para cualquier ñato bienintencionado que luzca un guardapolvos blanco. FALSO! El 78,334% de la población shoppingcenterista está curada de espanto y sabe huirle a la caterva de vampiros muestragratiseros que pululan en los malls (con la sana excepción de aceptar aquí o allá algún fetín de jamón crudo enrolado en la punta de un grisín, pero hasta ahí y dependiendo del humor). Pero bueno, en pos de la misión analítica que nos embarga, vamos a dar por cierto que dicho reclutamiento es posible.

La comitiva tiene otra piedra en el camino. El matacaries le dice, alegremente, al amable ciudadano que se presta como voluntario al experiméntum "Dame el dedito que te pongo pastita y te masajeás esparciendotela por los tedien" ¿Cómo? ¿Que querés que me ponga qué? ¿Vos sos loco? No conforme con esto, el changuito pseudodentista les insiste "Masajeá, masajeate con fé" en un tono no digamos erótico, pero que a cine soft llega caminando. Mi vieja, si se cruzara con un degenerado así, le desamuebla el comedor a carterazos y ahí sí que tenés para hacer una publicidad de odontología aplicada. Pero démosle changüí, demoslé.

La tercer instancia del sospechoso advertising, que es donde a mi me pica la alma, es cuando le dan al participante un vaso de agua helada y el cristiano lo mira como si le hubieran mostrado un vibrador tamaño vacuno. La vasta mayoría pone un gesto que oscila entre la electrocución y el erizo y una de las señoritas entrevistadas hasta se anima a declarar que "no, hace meses que trato de no tomar agua fría, por mis molares" . Cómo es? Cuando tenés sed tomás té de boldo? Qué te ocurre, Araceli!? En fin. Un chanchuyo de alto contenido menemista, como los hay por toda la región de la querida Purmamarca.

Pero lo grave (a nuestro humilde entender) no son los actores voluntarios, sino estos muchachos (los publicitarios), que pretenden enterarnos, cómo si tal cosa, que un vaso de agua con hielo viene a ser más pior que el malevo Ferreyra, el huno Atila, la ETA y Blas Armando Guinta congeniados en complot maléfico! Y colgate, en tal caso, qué viene a ser? El super ratón? Los infatigables carabineros de Chile? Eh? Expliquenmelón!

Para pior, cuando le dan un sorbo al agua helada, cada uno de los entrevistados reacciona como si se hubiera ganado un departamento amueblado en cañitas. Se me explota la térmica, se me explota!

Por favor amigos, el agua fría y las putas calientes! (tampoco era así este dicho. El original se me escapa, puesto que el panel de colaboradores que me asiste está en huelga porque yo tengo cólicos y no pienso abandonar el chimichurri. VENCEREMOS!)

Y dejo acá porque sino, mirá... no se de qué soy capaz, no se.

Masajeate, dale, masajeate así!

Dale sin miedo, picarón!