no está escrito en ningún lado (que yo haya leído)
pero él, debe
y él, haber.
a mi me gustan los perros
y miró cada eslabón de las cadenas que hermanan sus cuellos a un poste de luz
y digo amor
y me anotó un poroto
y me agarro un volante de un teléfono público para reírme otra vez.
en el refugio de una parada de colectivo
me ladea una muchacha,
que se esfuerza en atenuar su cara
deformada por el asco y el dolor
despegando y dejando tras de si
papelitos, ofertas de fiesta,
olor a lunes, mediodia
y un labrador negro
atado a un parquimetro
y dije amor
y el perro ahí
y no me anoto un poroto.
me compré un anotador nuevo. voy a escribir un poco más
pero acá no
acá seguimos con el modus operandi de la fotito y el comentario pelotudo
porque el verano me rebalsa la olla de ansiedades homicidas
y no tengo ganas que de acá a diez años
cuando esté más viejo y más choto
algún sobrino inadvertidamente fachistoide y gallardamente bocón
me tire encima un acceso de emoción violenta
desde una entrada a este blogcito mierda
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